Mensajes de Nuestra Señora Reina de la Paz en Medjugorje de por Mes marzo

¡Queridos hijos! Oren y aprovechen este tiempo, porque este es un tiempo de gracia.Yo estoy con ustedes e intercedo por cada uno de ustedes ante Dios, para que vuestro corazón se abra a Dios y al amor de Dios. Hijitos, oren sin cesar, hasta que la oración llegue a ser gozo para ustedes. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

Comentario del mensaje

La aparición duró alrededor de 5 minutos y comenzó a las 9,55. La Virgen rezó por todos y bendijo a todos. Mirjana encomendó especialmente a los enfermos. En esta ocasión la Virgen no habló nada acerca de los secretos.
¡Queridos hijos! No busquen inútilmente la paz y la felicidad en los lugares equivocados y en las cosas equivocadas. No permitan que vuestros corazones sean duros amando la vanidad. Invoquen el nombre de mi Hijo. Recíbanlo a Él en vuestro corazón. Sólo en nombre de mi Hijo experimentarán en vuestro corazón la verdadera felicidad y la verdadera paz. Sólo así podrán conocer el amor de Dios y continuar difundiéndolo. Los invito a que sean mis apóstoles.
¡Queridos hijos! Los invito a la oración de corazón. De manera especial, hijitos, los invito a que oren por la conversión de los pecadores, de aquellos que con la espada del odio y sus blasfemias cotidianas traspasan mi corazón y el Corazón de mi Hijo Jesús. Hijitos, oremos por todos los que no desean conocer el amor de Dios, aunque están en la Iglesia. Oremos para que se conviertan, a fin de que la Iglesia resucite en el amor. Hijitos, únicamente con el amor y la oración, podrán vivir este tiempo que les ha sido dado para la conversión. Pongan a Dios en primer lugar, así, Jesús Resucitado llegará a ser su amigo. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

Comentario del mensaje

La aparición duró seis minutos, de las 10,14 a las 10,20 horas. La Virgen habló sobre los secretos. Bendijo a todos.
¡Queridos hijos! Deseo que me entreguen sus corazones, para conducirlos por el camino que lleva a la luz y a la vida eterna. No deseo que sus corazones se extravíen en la oscuridad del presente. Yo los ayudaré. Estaré con ustedes en ese camino de descubrimiento del amor y de la misericordia de Dios. Como Madre, les ruego que me lo permitan. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! También hoy los llamo al ayuno y a la renuncia. Hijitos, renuncien a lo que les impide estar cerca de Jesús. De manera especial los llamo: Oren, ya que únicamente con la oración podrán vencer vuestra voluntad y descubrir la voluntad de Dios aun en las cosas más pequeñas. Con vuestra vida cotidiana, hijitos, ustedes llegarán a ser ejemplo y testimoniarán si viven para Jesús o en contra de El y de Su voluntad. Hijitos, deseo que lleguen a ser apóstoles del amor. Amando, hijitos, se reconocerá que son míos. Gracias por haber respondido a mi llamado!

Comentario del mensaje

Esta vez la aparición duró entre 4 y 5 minutos. La Virgen le habló acerca de los secretos, bendijo a todos los presentes y dejó el mensaje siguiente:
¡Queridos hijos! Los llamo a ser mi luz, para iluminar a todos aquellos que aún viven en tinieblas y llenar sus corazones de Paz, con Mi Hijo. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos, hoy los invito de manera especial a tomar la cruz en sus manos y a contemplar las llagas de Jesús. Pidan a Jesús que sane las heridas que ustedes, hijitos, han recibido en el transcurso de su vida a causa de sus pecados o de los pecados de sus padres. Sólo así comprenderán, hijitos, que el mundo necesita la curación de la fe en Dios Creador. Mediante la pasión y muerte de Jesús en la cruz, comprenderán que, sólo con la oración, podrán también ustedes llegar a ser verdaderos apóstoles de la fe, al vivir en sencillez y oración la fe que es un don. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!
La aparición aconteció a la 13,50 y tuvo una duración de seis minutos. La Virgen no habló acerca de los secretos, y dio el mensaje siguiente:
¡Queridos hijos! Como madre les ruego, no vayan por el camino que han emprendido. Ese es un camino sin amor hacia el prójimo y hacia mi Hijo. En ese camino hallarán sólo la dureza y el vacío del corazón, y no la paz que todos ustedes ansían. La paz verdadera la tendrá sólo aquel que en el prójimo ve y ama a mi Hijo. Aquel que deja reinar a mi Hijo en su corazón, sabe lo que es la paz y la placidez. Gracias por haber respondido a mi llamado.
¡Queridos hijos! Los invito a decidirse de nuevo a amar a Dios sobre todas las cosas. En este tiempo en el que, a causa del espíritu de consumismo, se olvida lo que significa amar y apreciar los verdaderos valores. Yo los invito de nuevo, hijitos, a poner a Dios en primer lugar en su vida. Que Satanás no los atraiga con las cosas materiales, hijitos, sino decídanse por Dios que es libertad y amor. Escojan la vida y no la muerte del alma. Hijitos, en este tiempo en que meditan la pasión y la muerte de Jesús, los invito a decidirse por la vida que volvió a florecer por medio de la Resurrección y que su vida se renueve hoy a través de la conversión que los conducirá a la vida eterna. Gracias por haber respondido a mi llamado!
También este año la vidente Mirjana Dragicevic-Soldo tuvo la aparición anual el 18 de marzo. Después de la aparición Mirjana transmitió el mensaje de la Virgen:
¡Queridos hijos! Deseo que mediten largamente sobre este mensaje que hoy les doy a través de mi servidora. Hijos míos, grande es el amor de Dios. No cierren sus ojos, no tapen sus orejas mientras les repito: ¡grande es Su amor! Escuchen mi invitación y mi súplica que les dirijo: consagren su corazón y hagan en él la morada de Dios. Que El habite allí para siempre. Mis ojos y mi corazón estarán siempre aquí, aunque no me aparezca más. Actúen en todo como les pido y en la forma como los conduzco a Dios. No rechacen el nombre de Dios para no ser rechazados. Acepten mis mensajes, a fin de que puedan ser aceptados. Decídanse, hijos míos, es el tiempo de la decisión. Tengan un corazón justo e inocente, para que pueda conducirlos a vuestro Padre, porque estoy aquí gracias a Su gran amor. ¡Gracias por estar aquí!
   




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Para que Dios pueda vivir en sus corazones, deben amar.

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